La aparición de manchas, erosión y la decoloración de tu fachada son síntomas de una fachada que sufre los embates de la contaminación.

Las fachadas de las ciudades grandes como Madrid suelen tener estos signos de deterioro que pueden evitarse muy fácilmente.
Aplica un sellador adecuado
Un sellador es un material pastoso o líquido que se aplica a la fachada cambiando a estado sólido para crear una barrera impermeable y resistente a los daños por aire, gas, polvo, fuego, humo o líquidos a través de la superficie sellada.
Tipos de selladores
Existen diferentes tipos de selladores, cada uno con sus propias características y aplicaciones:
- Acrílicos: Son versátiles y económicos, ideales para uso interior y exterior en superficies como ladrillo, hormigón y madera.
- Silicona: Ofrecen alta resistencia al agua, la humedad y los rayos UV, perfectos para sellar juntas, grietas y alrededor de ventanas y puertas.
- Poliuretano: Brindan la máxima protección contra los agentes externos, ideales para zonas con alta exposición solar o condiciones climáticas extremas.
- Epóxicos: Son muy resistentes y duraderos, utilizados para aplicaciones industriales y en superficies que requieren alta resistencia química.
- Bituminosos: Impermeabilizan y adhieren materiales como el fieltro y el metal, comúnmente utilizados en techos y canaletas.
Aplica pinturas resistentes a la contaminación
Elegir una pintura adecuada es crucial para proteger la fachada y mantener su color vibrante. Busca pinturas específicamente diseñadas para resistir la contaminación, como las pinturas acrílicas o vinílicas con aditivos especiales.
Estas pinturas forman una película protectora que repele los contaminantes y prolonga la vida útil de la fachada.
Esto es muy útil para las fachadas del centro histórico de Madrid, ya que el recubrimiento o cambio de la misma está fuertemente controlada. Por ello, vale la pena contratar un equipo de pintores profesionales de Paint Madrid para que protejan tu fachada de los daños por contaminación.
Realiza un trabajo de impermeabilización de la fachada
Aplicar un tratamiento impermeabilizante a tu fachada evitará la penetración de agua, humedad y contaminantes en la superficie de la misma. Esto ayudará a prevenir daños como:
- Manchas y suciedad: La humedad y los contaminantes pueden adherirse a la superficie de la fachada y provocar manchas antiestéticas. Un tratamiento impermeabilizante repelerá el agua y la suciedad, manteniendo la fachada limpia y con buen aspecto.
- Erosión y desgaste: El agua y los contaminantes pueden erosionar y desgastar los materiales de la fachada, especialmente la piedra, el ladrillo y el mortero. Esto protegerá la fachada de este tipo de daños, prolongando su vida útil.
- Humedades y filtraciones: Si el agua penetra en la fachada, puede llegar a ocasionar humedades y filtraciones en el interior del edificio, protegiendo así la estructura del edificio y la salud de sus ocupantes.
Tipos de impermeabilizantes
Existen diferentes tipos de tratamientos impermeabilizantes disponibles en el mercado, cada uno con sus propias características y ventajas. Los más comunes son:
- Membranas líquidas: Se aplican como una pintura y forman una capa elástica y continua sobre la superficie de la fachada. Efectivas para impermeabilizar todo tipo de materiales.
- Revestimientos cementosos: Se aplican como un mortero y forman una capa rígida y resistente sobre la superficie de la fachada. Son ideales para impermeabilizar fachadas de hormigón y ladrillo.
- Pinturas impermeabilizantes: Se aplican como una pintura normal y aportan color a la fachada además de impermeabilizarla. Son una buena opción para fachadas que ya se encuentran en buen estado.
Es importante elegir el tratamiento impermeabilizante adecuado para el tipo de fachada que se va a impermeabilizar, así como para las condiciones climáticas de la zona. También es importante contratar a un profesional cualificado para la aplicación del tratamiento, ya que una aplicación incorrecta puede anular sus beneficios.